Conocer otra cultura y formar parte de ella.

Mejorar la competencia lingüística.

Cambiar la forma de ver la vida y el mundo y ser más flexible, con una actitud más abierta frente a la sociedad.

Conocer a otros estudiantes internacionales y entablar amistades para toda la vida.

Desarrollar la capacidad de adaptación a los cambios y de resolución de problemas.

Mejorar las perspectivas académicas.

Experiencia académica y de vida.