Permanencia

 

¿Dónde está el niño que fui?

 

No digáis que quedó enterrado en la fatigada gramática

del amarillento pretérito

no digáis que yace archivado entre las cartas que tiempo ha

huelen a moho en el cartón

entre frías sentencias de calificaciones escolares recogidas un día

con tanto miedo como expectación

o que perdió color como flores prensada en marchitos álbumes

que ya nadie abrirá.

 

Porque yo sí sé aquel niño dónde está.

 

En los latidos que se aceleren cuando cual fantasma

un recuerdo se hace corpóreo

en la retina que vibra perpleja al ver que el nuevo siglo

sigue infatuado y nada cambia

en le respiración que por momentos falta sumergida

bajo el repliegue deletéreo de las olas

en las pisadas que conmemoran fechas… ¿No oyes el responso de

la grava en el sendero de los cementerios?

 

Algo queda, quiero créelo, del niño que fue.

 

Queda la curiosidad, la boca seca que demanda virgen

el sosegante néctar del saber

queda la ingenuidad, cándido postulante de una fe que se mece

en la cuna de un blanco mañana mejor

la inquietud, energía vitaminada de un espíritu osado, remiso

a permanecer con los brazos cruzados

¡Oh, esperanza mía juvenil, fuego fatuo que ni hoy ni nunca

lograrán los años desverdecer!

 

Sant Feliu de Codines, 18-8-2001